SEÑALES DE VUELTA AL PASADO EN PARTE DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ACTUAL
En los tiempos que corren, provocado por la mala praxis económica del gobierno que rige los destinos de la sociedad española, la pobreza de las capas sociales más sensibles se ha puesto de relieve con toda su crudeza, creando una situación que era impensable en nuestro país, después de una época de relativa prosperidad, iniciada en la etapa final del franquismo, conocida como “gobierno de los tecnócratas” (1957-1967), cuando se implantaron métodos progresivos de imposición que relegaron a la mayoría de tributos indirectos por su injusticia social, hasta que, ya en democracia, fuera declarado el llamado “estado de bienestar”. Gracias a esa bonanza económica, nadie se imaginaba que esta artificiosa crisis, generada además por los ricos que fueron los que se embarcaron en los desenfrenados negocios urbanísticos, afectase con mayor intensidad a las capas menos favorecidas, víctimas del desempleo, que no tuvieron nada que ver con esos manejos inmobiliarios de gran altura, pero que están pagando los platos rotos con esta indigencia de casi general padecimiento y que algunos vaticinan que ha venido para quedarse.
Las maniobras que tiene que realizar ese amplio estrato social para sobrevivir, nos hace pensar en que han resurgido usos sociales de un indeseable tiempo pasado en el que los protagonistas del día a día de la sociedad española eran el hambre y su tétrico acompañante, la necesidad. Veamos cuales son estos hábitos regresivos que están retrotrayendo a amplias capas de la sociedad española, a tiempos que sólo estaban vivos en las peores pesadillas de nuestros mayores:
Hemos vuelto a tiempos similares al quinquenio en el que la ONU rompió relaciones diplomáticas con España y bloquearon el comercio internacional en los años que fueron de 1945 a 1950, con la consiguiente falta de medios de primera necesidad. Entonces se habilitaron como forma de supervivencia, las tristemente famosas “cartillas de racionamiento” y, aunque ahora no existen dichas cartillas, los más desfavorecidos deben inscribirse en registros adecuados, para acudir a los bancos de alimentos y a Caritas para que les provean de medios de subsistencia, no de los que ellos quisieran, sino de los que estén disponibles, como ocurría antaño con las mentadas libretas de infausto recuerdo.
Han aparecido las tiendas de “compro oro” porque, como ya no existen los Montes de Piedad, la gente necesitada acude a estos lugares donde vende o empeña sus joyas. Antaño había poco oro que vender, pero se empeñaban las joyas familiares que luego no se podían recuperar, siendo la operación una auténtica venta de hecho, tal y como ocurre en estos turbulentos tiempos.
Proliferan otra vez como en otras épocas de economía desfavorable, los zapateros remendones porque, con la escasez, sale más a cuenta reparar unos zapatos que comprarlos nuevos, aunque, según manifiestan los de la lezna, ahora la mayoría de los zapatos son de ínfima calidad ya que menudean los fabricados en China, que son más baratos, pero de difícil reparación.
Afortunadamente, el clima de nuestras islas es benigno, aunque hay lugares en Tenerife, Gran Canaria y La Palma en las que, por la altitud de los pueblos, es necesaria la calefacción, al igual que en la mayoría del territorio peninsular. En este invierno que se avecina habrá desfavorecidos, que no podrán usar gas o electricidad en sus calefacciones ya que se calcula que más de cuatro millones de españoles no podrán hacer frente a la factura energética, por lo que tendrán que volver a los antiguos y peligrosos fuegos de leña y braseros bajo mesas camillas, para medianamente calentarse ellos y sus viviendas. El peligro que amenaza a la quema de carbón, tanto mineral como vegetal, son las emisiones de monóxido de carbono, capaz de matar a todos los que están en una habitación de, manera imperceptible y en menos de una hora.
La situación de las mujeres que se vean en el trance de abortar, se retrotraerá a la década de los 70 y, las que tengan posibles, irán otra vez como sus madres a abortar a Londres, pero las que no, tendrán que recurrir a abortistas clandestinos que pondrán su vida en riesgo, porque lo que es en la España actual, con estas leyes tan restrictivas, santificadas por la iglesia, lo tienen complicado.
Los talleres de pequeños electrodomésticos están haciendo su agosto porque ya nadie desecha una batidora, una minipimer, una plancha o un citromátic, todo el mundo quiere que se le reparen su viejo aparato, porque los tiempos no están para tirar nada ni para hacer dispendios. La espera para las reparaciones superan varios meses porque los talleres están a tope. Por cierto, el otro día me sorprendió en la calle el sonido de una “siringa” o pito multi-sonido de los afiladores, ya que ahora, casi nadie tira ningún cuchillo o tijera porque se estropeen, se afilan las veces que hagan falta.
Desde luego da miedo este viaje al pasado en el que está inserto una buena parte de la ciudadanía española porque, cualquier día de éstos, hasta puede aparecer otro caudillo, a pesar de que este año, algunos celebran el 40 aniversario del fallecimiento del otro que tuvimos.
Manuel Dóniz
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muy buen artículo xD