REFLEXIONES EN VOZ ALTA AL DÍA SIGUIENTE DE LAS ELECCIONES
REFLEXIONES EN VOZ ALTA AL DÍA SIGUIENTE DE LAS ELECCIONES:
Todos nos hemos quedado sorprendidos con las recientes elecciones del pasado domingo, día 26 de junio de 2016, ya que se sospechaba que, como siempre, el PP sería el partido más votado, pero no nos imaginábamos que fueran a sacar 137 diputados. Por su parte, el PSOE, consiguió 85 diputados, confirmando su evolución a la baja. El partido Unidos Podemos, aunque sumaban a priori sus votos a los que deberían haber obtenido tras su fusión con IU, les falló tanto la contabilidad como su amenaza de “sorpasso” sobre el PSOE, que no se ha producido a pesar de que se han empleado con insistencia en este asunto la pasada campaña y su error principal fue contentarse sólo con atacar al Partido de Pedro Sánchez, cuando al que había que atacar era al de Rajoy.
Napoleón decía que, desaprovechando oportunidades, no se ganaban la guerras y tenía mucha razón porque, en las elecciones de 21 de diciembre de 2015, el PP obtuvo 137 escaños, el PSOE 85, Podemos 71 y Ciudadanos 32 y ese era el momento justo para una gran alianza de cambio, que se desperdició principalmente por la soberbia del líder de Podemos. Cuando se produjo la triste investidura de Pedro Sánchez, a un servidor se le cayó el alma al suelo cuando Podemos, un partido claramente de izquierdas, se unió con su no colectivo al partido de Rajoy. Pudieron abstenerse, pero votaron no, lo mismo que el partido de las corrupciones y que ha tenido en la pasada legislatura graves responsabilidades de gobierno de todos conocidas.
En ese momento se perdió la posibilidad de obtener una alianza de progreso que sacara al país de la indigencia en que se halla, fue una oportunidad de oro que se perdió por la altanería personal de los dirigentes de Podemos que ahora han pagado en cuerpo propio las consecuencias de su arrogancia.
Que nadie piense que defiendo a alguien, mi juicio es imparcial, la prueba es que los hechos están ahí y no vale que se diga que el PSOE pactó con Ciudadanos porque estas fruslerías podían haberse subsanado ya que lo importante era dar un gobierno de progreso a España que finalmente no se dio y, ahora, todos lo lamentamos.
Pero no todas las responsabilidades de lo que ha ocurrido en las pasadas elecciones las tienen los políticos, los ciudadanos tienen la mayor parte, puesto que ha habido una abstención del 30.16%. Si partimos de la base que el Censo Electoral de españoles con derecho a voto son 36.000.000 de ciudadanos y el 30.16% no va a votar, esto quiere decir que a 10.857.600 les importa un bledo quien les gobierne, porque ellos renuncian alegremente a un derecho que ha costado sangre a nuestros antepasados. Entre estos presuntos electores que no van votar seguramente habrán cientos de miles de mujeres que se ríen de las sufragistas, mujeres que fueron martirizadas y sufrieron lo indecible para conseguir, a principios del pasado Siglo XX, el sufragio femenino que no es otra cosa que el derecho de voto de la mujer que antes no tenían. En España fue la II República (1931-1939) quien se los dio y Franco se los quitó hasta la llegada de la democracia en el año 1975.
Según últimos estudios, los votantes del PP son ciudadanos veteranos y conservadores, con una edad media de 57 años, fuertemente nostálgicos del franquismo y muy disciplinados, esta es la única razón de la regularidad de los votos de Rajoy. No les importa la corrupción, ni la pérdida de valor adquisitivo de sus pensiones porque su objetivo es “votar contra los rojos”. Si esos que no votan el día de las elecciones y que, evidentemente no son del PP, fueran a votar por la oposición, otro gallo nos cantaba y no estaríamos contemplando que otra legislatura del PP es muy posible, aunque no creo que España, en las actuales condiciones, lo pueda soportar, así que es bueno aislar a los principales responsables de esta situación y la pena es no saber quienes son para mandarlos al carajo cuando los veamos protestar por la mala situación del país.
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