Oscar Wilde
Recientemente se celebra el 160 aniversario del natalicio de Oscar Wilde, insigne poeta, crítico literario y dramaturgo irlandés, que tuvo lugar en 1854 en la población de Dublín. Fue el segundo hijo del matrimonio formado por William y Jane Wilde. Su padre fue un famoso cirujano irlandés especialista en otorrinología y oftalmología. En 1864 fue comisionado por su graciosa majestad británica como asistente para la obtención del primer censo de Irlanda, por lo que fue premiado con el cargo de Caballero del Imperio Británico. Su madre escribió poesía nacionalista para el movimiento Young (movimiento nacionalista irlandés que propugnaba su independencia de Inglaterra). El niño Oscar participó en su juventud en las reuniones emancipadoras que organizaba su madre en la casa familiar.
Hasta que cumplió 9 años fue educado en su casa mediante profesores particulares e institutrices que lo formaron en los idiomas alemán, griego e italiano y luego, asistió a la Portora Royal School en el Condado de Fermanagh. Cuado su edad fue avanzando, asistió a clases impartidas en el Trinity College de Dublín. Como estudiante en la Universidad de Oxford, destacó en el estudio de los clásicos y escribió su extenso poemaRavenna con el que ganó en 1878 el prestigioso premio Newdigate. Fue influenciado en lo estético por el pintor norteamericano James Abbott Mcneill Whistler.
En el año 1891 publicó una serie de ensayos exitosos por los que empezó a ser considerado como uno de los mejores representantes del esteticismo. Esta preferencia artística le produjo un carácter excéntrico acrecentado por su costumbre de llevar el pelo largo y vestir ajustados pantalones de montar de terciopelo de llamativos colores.
La brillantez de su pensamiento le llevó a crearse enemigos, ocupando páginas de la revista satírica y humorística británica Punch y sus modales fueron satirizados en la ópera cómica titulada Paciencia escrita por W S Gilbert y musicalizada por Arthur Sullivan.
Su primer libro publicado en 1881 se tituló Poemas y su primera obra teatral la tituló Vera o los Nihilistas (el Nihiliismo es un movimiento que niega todo principio religioso, social y político).
A continuación dio una gira por Norteamérica, pronunciando 140 conferencias en 9 meses. Fue nombrado director de la revista feminista The Womans World.
Se estableció en Londres, contrayendo matrimonio con una mujer irlandesa muy rica, de nombre Constance Lloyd, con la que tuvo dos hijos, Cyril y Vyvyan. Wilde quiso hacer de su vida un auténtica obra de arte, fiel a los planteamientos delesteticismo que profesaba. En una conversación con el escritor francés André Gide, llegó a decir “He puesto todo mi genio en mi vida, y en mis obras sólo he puesto mi talento”. Su carácter extravagante y provocador le causó problemas graves, sobre todo con respecto a su amistad con Lord Alfred Douglas, que le acarreó una demanda por sodomía del padre de este, marqués de Queensberry. Después de un proceso complicado y escandaloso, fue condenado dos años de trabajos forzados.
Cuando cumplió su condena, abandonó la prisión cansado y desmoralizado. Volvió a reencontrarse con su amigo Alfred Douglas con el que vivió un tiempo cerca de Nápoles. Su esposa avergonzada, cortó las relaciones con él y le prohibió ver a sus hijos, los cales, cuando crecieron, cambiaron su apellido por el Holand. Wilde marchó a Paris donde vivió con el nombre ficticio de Sebastian Melmoth, para ocultar el suyo propio, hasta su muerte ocurrida en 1900. Esta sepultado en el cementerio parisino de Pere Lachaise.
Su obra, aparte de la descrita, es amplia y se compone de los libros: La casa de las granadas (1892), El crimen de lord Arthur Saville (1891) y El retrato de Dorian Gray (1891) y obras de teatro: El abanico de lady Windermere(1892), Una mujer sin importancia (1893), Un marido ideal (1895), La importancia de llamarse Ernesto (1895) y Salomé (1894), sobre la que compuso una obra musical Richard Strauss, aparte de otras de menor entidad.
Durante muchos años, la genialidad de Oscar Wilde eclipsó el estigma que le fue impuesto por la puritana sociedad victoriana y sus obras mantienen una vigencia universal que perdurará en el tiempo.
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