El 5 de mayo de 1971, hace hoy 71 años, las tropas estadounidenses liberaron el conjunto de campos de concentración nazis de Mauthausen-Gusen en Austria. Este campo de exterminio fue “inaugurado” a finales de 1939 con la finalidad de acoger a prisioneros de muy diversa índole, aunque al final de su existencia, también recibió a judíos procedentes de Hungría con la finalidad de exterminarlos. La siniestra contabilidad de prisioneros que pasaron por aquel campo asciende a 199.400, de los cuales fueron muertos 119.000, de los cuales, casi un tercio fueron judíos.
En aquel campo también fueron recluidos aproximadamente 10.000 republicanos españoles, capturados en Francia tras la invasión de ese país por Alemania, de los cuales 4.816 resultaron muertos. Estos infelices se habían refugiado en el país galo después de huir de España para preservar sus vidas después de la victoria demoledora de Franco y, huyendo de las llamas, se metieron en el incendio, siendo capturados por la Gestapo o por policías al servicio del régimen colaboracionista de Vichy, tras la toma de Francia por los alemanes en 1940, casi al principio de la II Guerra Mundial. Para su detención les fue útil la información proporcionada por la policía franquista. De entre este grupo de españoles republicanos capturados y recluidos en aquel campo de exterminio, se hallaban 45 canarios de todas las islas de los cuales 28 fallecieron y 17 sobrevivieron.
Cuando los norteamericanos cruzaron las puertas de aquel campo de exterminio nazi, al menos los hispanoparlantes se vieron sorprendidos ante una gran bandera con los colores republicanos desplegada por encima de la puerta que decía “Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras”, ilustración que se acompaña. Fue un emocionante detalle para la historia.
Pero ese momento glorioso fue precedido a los pocos días por la tristeza más absoluta ya que, los reclusos supervivientes fueron repatriados de inmediato para sus países de origen, pero Aquella España subyugada por el fascismo, prohibió el regreso de aquellos infelices, por lo que siguieron residiendo en el campo que había sido su prisión durante más de un mes, donde algunos prestaron servicio a las tropas ocupantes como traductores de los yankis, pero al final fueron expulsados acusados de ser comunistas. Finalmente, la mayoría fueron acogidos por la Francia generosa.
En esta terrible efemérides, les pido a todos un emocionado recuerdo para los que murieron allí, víctimas de la violencia desatada por los enemigos de la democracia y que todos suscribamos este unánime pensamiento: FASCISMO, NUNCA MÁS
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