El pasado 21 de febrero, se cumplieron 100 años del comienzo de la Batalla de Verdún, (21 de febrero a 19 de diciembre 1916), acontecida en tiempos de la sangrienta Primera Guerra Mundial, en la provincia francesa de La Lorena, limítrofe con Alemania.
Era una posición estratégica que se sabía, era la vía más rápida que llevaba a París, por eso era un lugar que debía ser defendido a muerte por orgullo nacional, para que no se repitiera lo que ocurrió en la rápida y aplastante victoria de los alemanes en la guerra franco-prusiana (1870-1871). Como consecuencia, la zona había sido preparada para ser defendida con éxito por medio de un cinturón de fuertes levantado con el fin de disuadir a los asaltantes. Sin embargo, iniciada la 1ª Guerra Mundial el 28 de julio de 1914, las fortificaciones de La Lorena fueron casi abandonadas para concentrar efectivos en las otras zonas atacadas del Norte del país, porque se pensaba que Alemania no iba a atacar por allí, craso error de los estrategas franceses.
Pero el ejército alemán decidió atacar Verdún porque le convenía una guerra de desgaste por el Noroeste, para debilitar al ejército galo, porque sabían que, por dignidad nacional, los franceses jamás abandonarían esa plaza, por eso, la intención alemana no era tomar Verdún, sino mantener una presión constante sobre la zona para aniquilar la defensa francesa y distraer tropas de otros frentes.
La ofensiva comenzó el 21 de febrero de 1916 con el mayor bombardeo artillero de la historia, cayeron más de 1.000.000 de proyectiles en un sólo día sobre un frente que se extendía a lo largo de 40 Km. En los primeros días de combate, los alemanes avanzaron utilizando armas poco caballerosas para las reglas de la guerra de la época: gases tóxicos o lanzallamas, medios de combate para los que los franceses todavía no estaban preparados, pero este avance pudo ser detenido por lo accidentado del terreno, momentos que aprovecharon los franceses para rearmarse y reforzar sus líneas con 90.000, a pesar de que, asustados por la virulencia del enemigo, el mando galo llegó a pensar en la evacuación total de la zona porque, la guerra era de trincheras por ambas partes, unos lugares peligrosos no sólo por las bombas que caían sino por las duras condiciones de vida en las que abundaban las infecciones y todo tipo de miserias.
En el mes de junio, con la caída de dos fuertes, las fuerzas alemanas avanzaron sobre Verdún, pero a partir de ese momento, los franceses se empezaron a recuperar terreno mientras que los alemanes cada vez lanzaban menos ofensivas y más ineficaces, lo que llevó a que el ejército alemán cesase sus ataques a gran escala. Los teutones se dieron cuenta de que no estaba logrando el objetivo de causar grandes bajas a los franceses, más bien se producia en sus filas el efecto contrario, por lo que cada vez le convenían menos la situación. Las ofensivas francesas del 24 de noviembre y del 15 de diciembre de 1916, recuperaron los fuertes perdidos, viendo posible el fin de la batalla favorable a sus filas. El nuevo ataque del 20 de agosto de 1917 fue el definitivo capítulo de esta cruel batalla con la retirada alemana y la victoria de las armas francesas. En la ilustración, caballería francesa cruza el río Mosa para atacar a las líneas alemanas en la batalla de Verdún. Loor a los valientes y un emocionado recuerdo para los muertos en tan sangrienta como inútil batalla.
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