Nacido en Nueva York, de origen afgano, Omar Siddique Mateen, de 29 años, era un hombre lleno de odio, maltratador y extremista homófobo. Es el retrato que el FBI ofrece del autor del más letal tiroteo en EEUU y el peor atentado desde el 11-S. Según la policía Mateen había declarado su fidelidad a Estado Islámico, organización terrorista que ha reivindicado en su nombre la autoría de los hechos, pero afirman que, dadas las características de su acción criminal, dudan de que haya sido un ataque ordenado por el Estado Islámico, aunque ellos sean oportunistas y lo reivindiquen como propio. Dos veces había sido investigado por la policía, la última por su relación con un hombre que se inmoló en un atentado suicida en Siria. Su ex esposa, con la que estuvo casado apenas unos meses y que hace más de siete años que no tenían contacto alguno, asegura que la maltrataba y que era un hombre inestable y que al parecer, había tenido relaciones homosexuales Solía concurrir una mezquita con regularidad, donde el Imán ha manifestado que era un hombre muy callado y que normalmente no se relacionaba con nadie. Desde el Consejo para las relaciones Americano-islamistas, su director ejecutivo, después de mostrar sus condolencias a los familiares de las víctimas, ha expresado que Mateen no habla por los musulmanes y no nos representa. Con respecto a la masacre perpetrada por Mateen ha expresado con repulsión que sido un crimen odioso. He visto en un noticiario las manifestaciones homofóbicas del padre de este asesino y sólo por ellas, deberían meterlo entre rejas.
La sexualidad es consecuencia directa de la libertad del individuo y de su libre albedrío, por lo tanto, cada ciudadano tiene la suya y a nadie le debería importar que otra persona de su mismo sexo, la tenga diferente a él porque esto sólo le concierne a él y a nadie más. Desde el punto de vista jurídico, los homosexuales son ciudadanos en plenitud de derechos y deberes como cualquier hijo de vecino y las actitudes beligerantes con la homosexualidad son propias de personas intelectualmente poco cultivadas y de naturaleza totalitaria. La labor de adoctrinamiento de sus fieles que en estos momentos está realizando la Iglesia Católica, es detestable y jurídicamente perseguible. Como mínimo resulta grotesco que, una institución que está minada hasta sus raíces por miembros propios que son reos del delito de pederastia, a mi juicio el crimen más horrendo que se puede perpetrar ya que dejan en sus víctimas (niños de poca edad) marcados con taras de por vida. Como le decía una vecina a otra chismosa: “Barra usted su casa y luego critique la de sus vecinos”.
Sólo me resta manifestar mis condolencias a tantos familiares afectados por la violenta muerte de sus familiares y desearle a las víctimas que descansen en paz.
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