La increíble historia del vapor SS Westburn

Publicado en la Revista TENERIFEWEEK.

La increíble historia del vapor SS Westburn

 

La historia del vapor SS Westburn hace tiempo que pasó al olvido ya que todos los que fueron testigos de su tragedia han fenecido, sin embargo, en su momento, conmocionó a la ciudadanía de Santa Cruz de Tenerife. Este vapor, de nacionalidad inglesa estaba dedicado al transporte de carbón, un combustible básico en las postrimerías del Siglo XX y viajaba desde el puerto de Cardiff, en la época capital mundial del carbón, procedente de las ricas minas de Gales, con un cargamento de este mineral fletado para el de  Buenos Aires. El 9 de febrero de 1916, en plena I Guerra Mundial, tuvo la fatalidad de cruzarse con la ruta del SMS
Möwe, un buque corsario de la Kaiserliche Marine (Marina Imperial alemana), un navío que parecía un buque mercante inofensivo, pero armado hasta los dientes ya que disponía de cuatro cañones de 15 cm, uno de 10,5 y 2 tubos lanzatorpedos. El punto de encuentro ocurrió frente al estado brasileño de Pernambuco y el barco alemán pidió al británico que se identificara mediante semáforo óptico, respondiendo evasivamente el segundo, por lo que los alemanes exigieron que parara los motores para mandar una barca a inspeccionar, pero el Westburn, sospechando del otro barco, intentaron salir a toda máquina del lugar, pero desde el barco alemán dispararon un cañonazo de advertencia, por lo que detuvieron su huída para evitar males mayores.

En aquellos momento, el Möwe, al mando del capitán Nikolaus Burggraf, que tenía en su haber el hundimiento de más de cuarenta navíos enemigos de los Imperios Centrales, mantenía a bordo más de doscientos prisioneros supervivientes y su plan era transbordarlos al barco inglés capturado, que cruzaría el Atlántico escoltado por el corsario que lo capturó, el cual seguiría ruta hasta Alemania, mientras el Westburn sería conducido por una tripulación de siete marinos alemanes  hasta el puerto de Santa Cruz de Tenerife, puerto neutral más cercano. Los alemanes habían advertido que el barco estaba dinamitado y que sería volado ante cualquier intento de sublevación, lo cual justificó lo pacífico que fue el viaje. El Westburn fue avistado desde el puerto de Santa Cruz hacia el mediodía del 22 de febrero, y lo extraño es que no portaba pabellón y marchaba a velocidad superior a la normal. En aquellos momentos, el crucero de la Royal Navy, el HMS Sutlej, encargado de vigilar la parte Noroeste del Océano Atlántico, echaba anclas en la bahía de Santa Cruz de Tenerife y, a su lado pasó el Westburn que llevaba a popa la enseña de la marina de guerra alemana. Pronto se corrió la voz de que este barco llevaba prisioneros de guerra, entre ellos a diez marinos españoles. Los barcos alemanes que estaban internados en el puerto izaron las banderas alemanas, mientras que una banda que iba en el barco teutón Cap Ortegal comenzó a hacer sonar el “Das Deutschlandlied”, el himno alemán. Al día siguiente, 23 de febrero desembarcaron los prisioneros, los ingleses fueron embarcados en el barco  Athenic también surto en el puerto de Santa cruz el cual partió de inmediato para Inglaterra los españoles pasaron al Gobierno Civil y el resto de marinos de otras nacionalidades fueron entregados a sus cónsules.    El SS Westburn levó anclas sobre las 14:00 horas del día 23 de febrero y puso rumbo hacia la costa de San Andrés. a bordo del carbonero iban 3 marinos alemanes al mando del oficial Herr Badewitz. Nadie sabía el por qué de esta acción, unos pensaban que preparaba su huída, pero lo que iban a hacer los alemanes era volar el barco ante las narices de los británicos, por ello, la expectación entre la población de Santa Cruz era máxima y muchos se trasladaron a la carretera de Igueste de San Andrés para ver desde allí lo que iba a pasar en el barco. Según algunos testigos que lo contaron, el barco comenzó a desahogar sus calderas mientras echaban un bote por la banda de tierra, por lo que se supo que el barco iba a ser echado a pique.  Momentos después, la tripulación alemana abandonó precipitadamente el buque e instantes después se registraron varias detonaciones que hundieron  al SS Westburn frente a la costa de Las Gaviotas, a unas 19 brazas de profundidad. Los alemanes responsables del hundimiento fueron detenidos por la Guardia Civil y puestos a disposición de la Comandancia de Marina. Cierto tiempo después su cargamento de carbón fue recuperado por buzos para su uso en la máquina de vapor de la planta de machaqueo de áridos que estaba en la carretera de Igueste, por encima del barrio de San José del Suculum, del cual sólo quedan las ruinas.

 

Manuel Dóniz Garcia

 

 

 

 

el SS Westburn tropezó a última hora de la tarde del 9 de febrero de 1916 con el SMS Möwe. Ambos navíos estaban cerca de la costa de Pernambuco (Brasil). El navío británico realizaba la ruta Cardiff- Buenos Aires y el alemán navegaba en sentido contrario. Cuando ambos buques se cruzaron, el SMS Möwe solicitó al SS Westburn que se identificara. Un técnico a bordo del carbonero utilizó un semáforo de luz y se identificó como el “Heraclea”.

Al parecer los teutones, que de tontos no tenían un solo pelo, revisaron las listas de Lloyd y en ellas no encontraron ningún vapor registrado con ese nombre. Visto lo cual lanzaron otra andana de preguntas, pero esta vez mucho más incisivas: Puerto de salida, destino, cargamento…

No sabemos si el técnico inglés encargado del semáforo se puso algo nervioso, estaba harto de Whisky o simplemente pretendía engañar a alguien…, el caso es que al final respondieron con una serie de señales inteligibles y los alemanes se mosquearon bastante. De entrada ordenaron al carbonero que parara las máquinas y al mismo tiempo, bajaron un bote al agua con la intención de abordar al supuesto “Heraclea”.

En el SS Westburn se dieron cuenta de la jugada y decidieron poner pies en polvorosa. Al mismo tiempo que iniciaban la frenética huida, cogieron el semáforo de señales y enviaron un cálido mensaje de despedida a los simpáticos alemanes que decía: “Good Night” (buenas noches, en el idioma de Cervantes).

Al principio, los alemanes se tomaron el mensaje con cierto humor. Según cuenta Luis de la Sierra en su obra, los teutones se partieron la caja de la risa cuando comprobaron la desfachatez de los británicos. Una vez se recuperaron de las carcajadas, armaron uno de los cañones que llevaban a bordo y dispararon un proyectil que cayó cerca de la proa del Westburn. Visto lo cual, su capitán no tuvo más remedio que abortar la huida y ordenó parar las máquinas.

El SMS Möwe era en realidad un buque corsario que trabajaba a las órdenes de la Marina Imperial alemana (Kaiserliche Marine). Exteriormente, este peculiar navío parecía un buque mercante de lo más inofensivo, pero en realidad resulta un auténtico lobo de mar. Disimuladas en las diferentes cubiertas, se disponían cuatro cañones de 15 cm SK L/45, un cañón de 10,5 cm SK L/40 y 2 tubos lanzatorpedos. Además de este cuantioso y poderoso armamento, el SMS Möwe también tenía capacidad para fondear campos de minas, y de hecho, una mina fondeada por este buque sería la responsable del hundimiento del acorazado de la Royal Navy HMS King Edward VII en Cape Wrath, el 6 de enero de 1916.

A grandes rasgos, el SMS Möwe fue el responsable de la captura y/ o hundimiento de 40 buques de diferentes nacionalidades (180.000 GRT en total) y este “record” se llevaría a cabo en dos cruceros de combate, el primero de ellos duraría sólo dos meses (del 29 de diciembre 2015 al 4 de marzo de 2016) y el segundo crucero ocuparía cuatro meses (del 22 de noviembre de 1916 al 22 de marzo de 1917).

 

SMS MÖWE

 

Pero como ya dije en un principio, el SS Westburn no acabaría sus días en aquel recóndito lugar frente a la costa de Pernambuco. El capitán del SMS Möwe, Nikolaus Burggraf und Graf zu Dohna-Schlodien (Nicolás, para los amigos) tenía otros planes para este pequeño navío británico. Lo cierto es que a bordo del corsario alemán se amontonaban alrededor de 200 prisioneros fruto de los diferentes asaltos llevados a cabo durante las semanas precedentes, y ya se hacía necesario una rápida solución a este grave problema.

El plan trazado por el capitán consistía en trasladar a la mayoría de los prisioneros hasta el SS Westburn. Una vez acomodados a bordo, el navío carbonero sería conducido hasta el puerto de Santa Cruz de Tenerife por una dotación de presa compuesta por siete alemanes. Estos hombres tenían órdenes tajantes de hundir el carbonero si se producía un intento de motín a bordo. Por lo visto, los marinos alemanes habían colocado algunas cargas explosivas (dinamita) en los puntos clave del buque y las habían conectado a unos detonadores eléctricos. Visto lo cual, se entiende perfectamente que los prisioneros se portaran de maravilla durante el tiempo que duró la travesía.

El SS Westburn fue avistado al mediodía del día 22 de febrero por algunas personas que transitaban por el muelle de Santa Cruz de Tenerife. Por lo visto seguía la típica ruta que usaban los buques que iban o venían desde Suramérica. Lo extraño del caso es que el vapor no portaba ninguna bandera que identificara su nacionalidad, o al menos, la enseña no era visible desde aquella distancia. También resultó muy extraño el exceso de velocidad que traía la máquina de vapor y sobre todo, el repentino cambio de rumbo que obligó al buque a pasar muy cerca de la escarpada costa chicharrera.

Al mismo tiempo que el SS Westburn navegaba a toda máquina, un crucero de la Royal Navy, el HMS Sutlej, largaba el ancla en la rocosa bahía de Santa Cruz de Tenerife. Este poderoso buque de guerra británico estaba encargado de la vigilancia y control de esa parte del Océano Atlántico.

El SS Westburn se adentró en la bahía capitalina poco después de que el crucero británico culminaba las labores de fondeo. En ese momento, la expectación era máxima en la zona del muelle y en la parte del malecón, sobre todo cuando se pudo comprobar que el buque en cuestión era el SS Westburn y que en la popa portaba la enseña de la Marina Imperial alemana. Rápidamente se corrió el rumor de que a bordo iban prisioneros ingleses (entre otras nacionalidades incluidos 10 españoles) y que probablemente la nave había sido apresada por el temido “Moewe”.

Mientras tanto, y ya que nombramos de nuevo al famoso corsario alemán, el SMS Möwe dejó atrás a las Islas Canarias por el cuadrante oeste y puso rumbo a Kiel (Alemania) usando la ruta del Atlántico Norte. El Möwe llegaría a su destino el 4 de marzo de 1916 y sus tripulantes serían recibidos como auténticos héroes. De hecho, el Emperador Guillermo concedería a muchos de ellos la Cruz de Hierro de Primera Clase, e incluso, haría lo propio con la tripulación alemana que llevó al SS Westburn hasta el puerto de Santa Cruz (1).

“Los héroes del Westburn” dice la foto.

 

Otra anécdota curiosa es la que se produjo instantes después de que el SS Westburn entrara en la bahía de Santa Cruz. Por lo visto, todos los buques alemanes internados en el puerto hicieron ondear la insignia alemana, e incluso, la banda de música que estaba a bordo del vapor Cap Ortegal comenzó a interpretar el himno alemán para mayor regocijo de los teutones que estaban presentes en aquel lugar (2).

Cap Ortegal en el puerto de Santa Cruz de Tenerife.

 

A primera hora de la mañana del día siguiente (el día 23), los prisioneros fueron desalojados del SS Westburn. Los ingleses (la mayoría) fueron trasladados al vapor SS Athenic que zarparía inmediatamente hacia Inglaterra (Londres). Los prisioneros españoles sería enviados al edificio del Gobierno Civil y el resto de individuos serían entregados a sus respectivos cónsules.

Según cuentan las crónicas, los marineros alemanes fueron tratados con bastante cortesía ya que por aquel entonces la isla de Tenerife contaba con una numerosa comunidad alemana. Pero eso no impedía que en determinados periódicos de una ideología política determinada, se arremetiera constantemente contra cualquier actuación protagonizada por los alemanes o viceversa, puesto que a veces también se metían con los ingleses y aliados. Esta polarización política observada en los medios de comunicación locales y por extensión, en gran parte de la población isleña, pareció amplificarse aún más gracias a los acontecimientos que se produjeron a lo largo del día 23.

El SS Westburn levó anclas sobre las 14:00 horas del día 23 de febrero y puso rumbo hacia la costa de San Andrés. Según informa el diario El Progreso (3), a bordo del carbonero iban 3 marinos alemanes (según otros medios, serían 7), incluido el oficial que estaba al mando, Herr Badewitz.

 

¿Por qué trasladar al SS Westburn hasta ese lugar?
La población local manejaba algunas teorías, algunas alimentadas por filtraciones interesadas de la comunidad alemana. Unos opinaban que el vapor iba a ser resguardado en ese lugar hasta nueva orden y a la espera de condiciones favorables que facilitaran su huida. Otros soñaban con la probabilidad de que el SS Westburn fuera lanzado contra el HMS Sutlej. Luego estaban los que creían que el SS Westburn acabaría sus días en el fondo del mar, ya que circulaba por la capital un insistente runrún que aseguraba que el carbonero británico iba a saltar por los aires justo delante de las narices de los marinos británicos.

La expectación era máxima aquel día 23 de febrero. Una pequeña parte de la población se desplazó a la zona donde maniobraba el navío “alemán” y observaron sus movimientos durante un largo rato. Según los testimonios de algunos testigos, el SS Westburn comenzó a desahogar las calderas mientras se alistaba un bote por una de las bandas. Ese hecho aumentó las expectativas de los que creían que el buque iba a ser hundido de un momento. En el HMS Sutlej se prepararon para mandarlo a pique si fuera necesario.

Momentos después, la tripulación alemana abandonó precipitadamente el buque e instantes después se registraron un par de detonaciones que terminaron por hundir al SS Westburn frente a la costa de Las Gaviotas, a unas 19 brazas de profundidad, según la información transmitida por el diario El Progreso (4). Este mismo diario cuenta que los marineros alemanes fueron recibidos en el puerto entre aplausos y felicitaciones de los súbditos alemanes que se agolpaban en ese lugar, si bien es cierto que acto seguido, estos mismos hombres al final fueron puestos a disposición de la Comandancia de Marina.

 

 

   ¿Y qué hay de las dieciséis cajas oro que supuestamente se transportaban a bordo del SS Westburn?

Si ojeamos la información relacionada con la primera campaña oceánica realizada por el SMS Möwe, veremos que el día 15 de febrero de 1916 el corsario alemán apresó al SS Appam, un buque de 7.781 GRT con bandera del Reino Unido que transportaba en sus bodegas una gran cantidad y variedad de mercancía. En la documentación que el Appam llevaba a bordo también se hacía constar la presencia de dieciséis cajas con oro valorado en 200.000 Libras esterlinas. Por supuesto, los alemanes arramblaron con el vil metal hasta el SMS Möwe y traspusieron de allí más contentos que todas las cosas.

 

   Según se deduce de la lectura del diario El Progreso (24 de febrero de 1916), la ubicación exacta del oro no estaba nada clara, ya que por un lado decía que los lingotes de oro se fueron a pique junto al malogrado SS Westburn (lo veo muy improbable) y por otro lado, en el mismo reportaje se admite que el destino de las cajas “doradas” pudo ser el vapor SS Cap Ortegal, un buque de bandera alemana que estaba internado en el puerto santacrucero desde el 14 de agosto de 1914.

Lo que sí sabemos a ciencia cierta (5), es que el SS Cap Ortegal transportaba unos 2.500 kilos de oro distribuidos en cincuenta cajas que habían estado depositadas en diferentes bancos argentinos y que dicha fortuna iba consignada al Crédit Lyonnais de Madrid.

En mi modesta opinión y diciendo esto sin ningún tipo de prueba, yo pienso que el oro del Appam se lo llevó el SMS Möwe. ¿Dónde  iba a estar más seguro que en un barco tan eficaz y discreto como ese?

Me gusta · Comentar

Justo al Norte de Santa Cruz, capital de Tenerife, los restos del vapor WESTBURN, víctima de una consecución de parámetros inusuales en la Primera Guerra Mundial, descansan a 30 metros de profundidad. La historia comienza con el ataque y saqueo del crucero alemán SS MOEWE en las costas cercanas a Pernanbuco, en pleno Océano Atlántico. Sobre los primeros dos meses de 1916, el SS MOEWE capturó y hundió 15 vapores mercantiles. Alguna naves fueron hundidas en el mismo lugar del ataque y otras fueron enviadas a Alemania, una vez extraidos todos los objetos valiosos y de interés. Tal era el exito del SS MOEWE, que en muy poco tiempo tenía un execeso de presos, disponibles para realizar cualquier tipo de trabajo. Considerado más importante la labor realizada por el SS MOEWE como saqueador que como barco de pasaje de prisioneros, y teniendo en captura también a el WESTBURN juntoa sus singladuras, se decidió usar a éste último para transportar a 200 prisioneros británicos a tierra firme en Tenerife, territorio español neutral. Los prisioneros británicos desembarcaron en el muelle Santacrucero el 24 de Febrero de 1916. En el transporte de prisioneros, el SS MOEWE delató su posición a el destructor británico SUTLEJ, el cual esperaba en alta mar el paso de ambos buques: el SS MOEWE y el WESTBURN. Aquella mañana del 24 de Febrero de 1916, el mercante británico WESTBURN levó anclas por última vez. El SS MOEWE, sabiendo que los británicos les atacarian y no podrían librar la batalla salvando ambos buques, decidieron dinamitar el prisionero británico WESTBURN. Lo llevaron a la salida del muelle, y allí lo hundieron a base de descargas explosivas. “El Vapor” ,como lo llaman los pescadores locales, se hundió a principios del siglo pasado siendo uno de los últimos de su estirpe… y mas historia para el que le interese el tema.. ¿que fue del SS Moewe? La respuesta está sólo cincuenta metros en las oscuras aguas de un fiordo en Noruega. Este buque es una verdadera leyenda en Alemania por su audacia durante la Primera Guerra Mundial. Construido en Alemania en los astilleros de JC TECKLENBURG,Wesermunde y lanzado en 1914 bajo el nombre de Pungo, este discreto buque había sido originalmente concebido como un frigorífico para el transporte de carga entre Alemania y Camerún. Un gran buque con una eslora total de 117 metros. El estallido de la Primera Guerra Mundial y el aparente dominio de los mares de la Royal Navy se debió a un cambio significativo de la función de este buque. Cambió su nombre por el SMS Moewe, este buque de vapor estaba equipado con cañones navales y los medios necesarios para colocar minas. En su nueva version de buque el Raider el Moewe consiguió una serie de grandes éxitos tras sus incursiones en el Báltico y el Atlántico hundiendo más de 45 buques. De hecho una de sus minas es la responsable del hundimiento del acorazado británico HMS King Edward VII, en el 6/01/1916 fuera Cabo Wrath. Esta discreto y antiguo buque de carga, sin embargo, ha sido responsable de la destrucción de uno de los principales buques de la Royal Navy, así como muchos otros buques mercantes, operando en un contexto extremadamente hostil y peligroso. El Moewe continuó con éxito evadiendo su detección a pesar de los esfuerzos de la Royal Navy y sobrevivió a la I Guerra sólo para ser entregados a los aliados victoriosos como ‘daños de guerra’ en sus años siguientes se reanudó sus más pacífico lado mercante siendo un simple buque de carga francés para ser vendido mas tarde a una empresa británica En 1933 sin embargo fue vendido por su entonces propietario británico de nuevo a una compañía naviera alemana y pasó a llamarse D / S Oldenburg. Esta compañía alemana continuó con en ese papel naviero hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial y tras la posterior invasión de Noruega en abril de 1940, el Oldenburg se convirtió en un buque de abastecimiento haciendo el peligroso viaje hasta los fiordos noruegos con el fin de prestar apoyo logístico a las fuerzas de ocupación alemanas. En 1945, sin embargo, el Oldenburg se quedó sin suerte… los aviones de 455 Escuadrón RAF le atacó mientras estaba atracado en el muelle en la aldea de Vadheim. Los disparos de los aviones bajo su linea de flotación hicieron que sus bodegas se inundaran y se hundiera pese a los grandes esfuerzos de su tripulación pon solventar los graves daños. en la actualidad reposa en el fondo del fiordo… sus arcos a -25 y la parte mas profunda a -70. Es visitable estando el puente y los camarotes entre los -40 y –

 

Sobre el SS Westburn, las aventuras del SMS Möwe y el campanario de la iglesia de San Andrés Apóstol

 

Cada cierto tiempo y a medida que me voy sumergiendo en la apasionante y rica Historia de Canarias, me suelo encontrar con unas referencias o comentarios que me dejan ciertamente intrigado y que al final terminan por “obligarme” a tirar del famoso “hilo de la historia”.

Una de esas referencias me llevó casi sin querer hasta una misteriosa campana que en la actualidad es propiedad de la iglesia de San Andrés Apóstol, una pequeña parroquia situada en el barrio santacrucero de San Andrés.

En realidad, en la espadaña de la iglesia de San Andrés cuelgan dos campanas bien distintas, si bien es cierto que la protagonista de este relato es la campana que se sitúa en el lado derecho, identificable rápidamente porque es la más pequeña del juego.

Para empezar hay que decir que la “misteriosa” campana tiene su origen en las islas Británicas, y este dato lo podemos confirmar rápidamente si nos acercamos lo suficiente a ella, ya que veremos una inscripción que dice así:“S.S. WESTBURN 1893 SUNDERLAND”

Gracias a esta inscripción podemos deducir que la campana perteneció a un barco, y además, también se evidencia claramente que la pieza tiene una cierta antigüedad. Sabemos sin ningún temor a equivocarnos que se trata de un barco porque la combinación de letras “S.S.” viene a traducirse (según un código internacional) como “Steamship”, o lo que es lo mismo, un barco movido con caleras de vapor. El navío en cuestión recibió el nombre de “Westburn” y se terminó de construir en el año 1893, en la fría y lúgubre ciudad de Sunderland (Inglaterra).

 SS WESTBURN

 

A poco que empezamos a bucear en los archivos que tenemos disponibles on-line, como el “JABLE”, o incluso, el más popular Google, comienza a emerger un montón de información sobre el SS Westburn y también, la relación que emparentaba al buque británico con el mítico SMS Seagull, también conocido como SMS Möwe o Moewe, un archiconocido y escurridizo buque corsario alemán que participó en la Primera Guerra Mundial.

 

De momento, la cosa se pone interesante. Prosigamos.

 

El SS Westburn se construyó en los astilleros de la empresa Short Brothers, situada en la localidad de Sunderland (Inglaterra) y fue botado al mar el 31 de agosto de 1893. El navío disponía de un casco metálico que medía 107,20 metros de largo, desplazaba 3.320 toneladas y contaba con dos cubiertas, dos mástiles y una única chimenea en disposición central. La mayor parte del tiempo se dedicaba al transporte de carbón. Por diversos motivos, que por supuesto detallaré en los siguientes párrafos, el SS Westburn terminó hundiéndose frente a la playa de Las Gaviotas el 23 de febrero de 1916 y hoy por hoy, ese pecio se ha convertido en un reclamo que es visitado asiduamente por los diferentes clubs de buceo de la isla.

 

Pero… ¿Cómo acabó el SS Westburn en ese lugar? ¿Qué relación lo une al famoso corsario alemán SMS Möwe?
Según cuenta Luis de la Sierra en su obra,

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *